
En un hecho histórico, lxs trabajadorxs de la fábrica Morvillo se convirtieron en el primer caso de toma de una planta bajo el gobierno de Javier Milei, en rechazo a los despidos masivos y las políticas laborales que afectan a la clase trabajadora.
Esta acción no solo refleja la resistencia ante la precarización, sino que también marca un camino claro para la CGT y otros sindicatos: la unidad y la movilización son herramientas clave para defender los derechos laborales. Si lxs trabajadorxs de Morvillo triunfan en su lucha, será una victoria para todxs lxs que creen en la justicia social y en un futuro digno para la clase trabajadora.