
Todo empezó con un discurso. En plena entrega de los Martín Fierro, Beto Casella pidió que los trabajadores de los medios se unan para defender sus derechos frente al ajuste y la caída de los ingresos. Pero su mensaje no cayó bien en ciertos sectores: una página troll libertaria le contestó con sorna que, si no le gustaba su sueldo, se pusiera su propia radio. Lo que vino después fue una respuesta demoledora.
Desde sus redes, Casella no se guardó nada:
“¡Qué buena idea! Por ejemplo, el metalúrgico disconforme instala su propia empresa; el gastronómico abre su restaurant; el bancario su banco, y así… ¡No sé cómo no se me ocurrió antes!”, escribió con ironía.
Y siguió:
“Insisto en dos cosas, por las dudas: este proceso de achicamiento en los ingresos trae ya unos 4 añitos, para que no se confundan con algo puramente ideológico; y la situación comprende, más que nada, a panelistas, columnistas, productores, etc.”
Cerró con una frase que se volvió viral en minutos:
“¡Ahora entiendo! ¡No hay malos sueldos! ¡Faltan ganas de emprender!”
