
No puede ser, loco. Hay testimonios que te atraviesan el pecho, que te dejan sin palabras, que te ponen frente al país que muchos no quieren mirar. Una vecina, con la voz entrecortada, contó en cámara que hace un año no come carne. Que a la noche no cena, que apenas toma unos mates para engañar el estómago. Dijo que tiene asma, que no puede comprar los remedios, y que solo se salva cuando en el hospital “le dan una mano”.
Esto no es una historia aislada. Es el retrato del hambre, del abandono y del desprecio por la vida del pueblo trabajador. Mientras los poderosos brindan por la “libertad de mercado”, los vecinos hacen malabares para no morirse de hambre. Y todavía hay quienes se animan a defender a este gobierno. MIRÁ EL VIDEO, NO TE LO PIERDAS.