
José Luis Espert llegó serio, rígido, intentando jugar a estadista. Se paró frente a los periodistas con esa postura de “yo estoy por encima de todos ustedes” y soltó una frase preparada: Vengo a ratificar la democracia. Pero en cuanto le preguntaron por los allanamientos, su libreto se rompió. El hombre que hace semanas aparece en tapa por mansiones no declaradas y celulares voladores, hoy no quiso hablar de nada. El “ya dije todo” salió más como escapatoria que como mensaje firme.
Su cara lo delató. No hubo chicana, ni ironía, ni show económico. Sólo incomodidad pura. Los periodistas insistieron y él, acorralado, se aferró al silencio como si fuera su mejor asesor. Mientras intentaba cortar el momento y meterse rápido al cuarto oscuro, la escena ya había quedado registrada: el diputado libertario, famoso por gritar y pontificar en TV, esta vez no tuvo una sola palabra para defenderse.MIRÁ EL VIDEO, NO TE LO PIERDAS
