
En Rosario no fue un simple enojo. Quienes estaban ahí lo describen como un brote en toda regla, de esos que dejan un silencio pesado en el aire. El equipo intentó taparlo al instante, los medios miraron para otro lado y el Presidente siguió como si nada. Aunque el murmullo quedó flotando. «subilo a tronco». Mirá el vídeo 👇🏻📹
