
Amalia Granata, la diputada que se la señala pasando con el dedo a “la casta” desde su banca, fue sorprendida en una maniobra digna de aquello que tanto critica: había designado a su propio marido como asesor legislativo. Sí, el mismo Estado al que acusa de mantener vagos ahora le pagaba el sueldo a su esposo.
Cuando la noticia se hizo pública y las redes ardieron, salió con el clásico manotazo de ahogado: “va a donar el sueldo”. Tarde. Porque una cosa es donar… y otra muy distinta es no cobrarlo nunca. Mirá el video.