La ceremonia buscaba mostrar elegancia, reconocimiento y un presidente en modo estadista. Pero apenas terminó el acto, Milei protagonizó el momento más incómodo del día: estiró la mano para saludar a Andrea Bocelli, sin registrar que el artista es no vidente, y quedó ahí, rígido, con el gesto suspendido en el aire mientras las cámaras captaban todo. Un instante mínimo, pero lo suficiente para que las redes lo transformaran en el papelón presidencial del momento.
La secuencia dura apenas segundos, pero alcanza para entender por qué el video explotó tan rápido. No hizo falta que nadie explicara nada: la imagen del saludo fallido, la mano flotando y la incomodidad que se respira en el salón hablan por sí solas. Si querés ver exactamente cómo fue el gesto, el delay y el silencio que siguió, tenés que mirar el clip completo.
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