Trabajadores de aplicaciones de reparto que habían optado por un modelo más flexible están enfrentando una situación crítica debido a la crisis económica y al aumento constante de nuevos repartidores en las plataformas. Con más «riders» compitiendo por los mismos pedidos, el trabajo se ha vuelto escaso y los ingresos han disminuido drásticamente. Esta saturación en el sector está dejando a muchos repartidores en una situación de precariedad, con jornadas largas y ganancias insuficientes para cubrir sus necesidades básicas.