
Victoria Villarruel pensó que estaba poniendo orden, pero terminó desnudando un desconocimiento grave del reglamento del Senado. Todo ocurrió durante una sesión en la que se discutía la validez de ciertos proyectos que, según la vicepresidenta, no contaban con dictamen de comisión y por lo tanto requerían dos tercios para ser aprobados.
Sin embargo, lo que vino después dejó helados a varios. El senador José Mayans pidió la palabra para explicarle algo que parecería básico: Villarruel, aunque preside el Senado, no forma parte del Poder Legislativo, sino del Ejecutivo. Por ende, su rol no es definir qué se vota ni bajo qué condiciones, sino simplemente arbitrar y poner a consideración de los senadores las decisiones reglamentarias.
Lo curioso es que esto ocurrió luego de que Patricia Bullrich la criticara por supuestamente permitir un atropello institucional. Villarruel, en vez de defender la neutralidad de su rol, actuó como si pudiera imponer las reglas del juego, y terminó recibiendo una clase en vivo sobre el funcionamiento del Congreso.
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