
En un acto que generó sorpresa e indignación, el presidente Javier Milei decidió no estar presente en la despedida oficial del Papa Francisco durante su visita a Italia.
Mientras líderes como Lula da Silva y hasta Dilma Rousseff se hicieron presentes, la ausencia del mandatario argentino no pasó desapercibida ni siquiera para medios como La Nación, que intentaron justificar lo injustificable.
“Uno esperaba ver a la comitiva argentina ahí”, se escuchó en la transmisión. Pero no. El presidente llegó tarde, evitó el momento clave y volvió a dejar al país en evidencia.